Una semilla es un componente de una planta que alberga un embrión, el cual sirve para producir un nuevo ejemplar. Transgénico, por su parte, es un adjetivo que refiere a aquel ser vivo cuya composición ha sido alterada a través de la incorporación de genes externos (que no le eran propios por naturaleza).
Las semillas transgénicas, por lo tanto, son semillas que han sido modificadas mediante prácticas científicas. Estas semillas presentan en su genoma ciertos genes que no tenían en su estado natural.
Las semillas transgénicas son modificadas para que resulten resistentes a diversos factores que podrían afectar el desarrollo de la planta. Gracias a este tipo de semillas, se pueden crear plantas resistentes a los insectos y a los herbicidas.La producción de semillas transgénicas se ha vuelto un negocio millonario a nivel mundial. Las empresas que se encargan de su generación sostienen que estas técnicas podrían ayudar a combatir el hambre ya que los alimentos crecen con mayor facilidad y resultan más resistentes. Además, según su postura, contribuyen al medio ambiente dado que, al resistir diversas enfermedades, no se necesita el uso de agroquímicos.
Quienes condenan el uso de semillas transgénicas, en cambio, advierten que estas semillas son patentadas por empresas y sus plantas, por lo tanto, constituyen una propiedad privada. Además los alimentos derivados de semillas transgénicas podrían causar diversos problemas de salud, mientras que los cultivos alterarían el equilibrio ecológico.